Bueno, hoy por fin hemos podido volver a la "normalidad", a esa nuestra "normalidad" de madrugar para hacernos unos caminos y reencontrarnos con esas sensaciones placenteras que nos ofrece nuestra sufrida afición al correr. Hoy ha sido en compañía de Jesus por la Base Aérea de Armilla.
Como dije en otras entradas no es la mejor preparación para una carrera como el maratón el disfrutar de un verano demasiado ocioso, pero es lo que hay. Eso le dará, aún mas, un matiz de aventura y un aire mítico a los 42 km, si es que ya de por si no los tuviera.
Berlín nos espera y en esas estamos. Intentaremos llegar en las mejores condiciones posibles.
No hay comentarios:
Publicar un comentario